26.12.07

que quede en la vida

En vez de alegrarnos, nos volvemos atrás por las penas que se fueron juntando. Si no se hubiera dado esa unión, el mundo sería apenas un poco menos inescrutable, pasando lista de las minimísimas fallas que le encuentro todos los días, estirando el agujero, mortificándome. Las cosas parece que no pueden darse de otra manera cuando al fin y al cabo no le encontramos la salida. Entonces solo queda señalar y echar en cara. Así veremos que se torna aún peor, pero como hacemos cuenta de que todo irá bien, poniéndole el pecho, seguimos resistiendo.


Brindo por vos hoy, desde la distancia, sin que nada de lo anterior tenga porqué aludir a tu humanidad, en la que se formó mi espíritu. (y donde el hastío por esta vez se confunde con la uva dulce)

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